LAS CHECAS

Reproducimos la entrevista de Víctor-M. Amela al colaborador de Arbil, César Alcalá, historiador, estudioso de las checas de Barcelona, en la que explica algunos de los crímenes realizados en el territorio sometido al gobierno de la Generalitat durante la Guerra

Entrevista publicada en La Vanguardia del 19 julio 2005, página 64


Pregunta-¿Qué significa checa?
Respuesta-Es una abreviatura del ruso Chrezvichainaya Komisia (comisión extraordinaria), eufemístico nombre que tuvo la primera policía política soviética, que fue creada por Lenin en 1917.
¿Y qué fue en España una checa?
R.-Una celda cerrada del todo, sin barrotes, muy estrecha, verdadera cámara de tortura. Durante la Guerra Civil las hubo en Madrid, Valencia y Barcelona  Se las llamó checas: ¡era una palabra que aterrorizaba a la gente!
¿Cuántas checas hubo en Barcelona?
R.-Una veintena. En pisos de las calles Muntaner, Sant Elies, Vallmajor, Portal de l´Àngel, Pau Claris, un par en la plaza Catalunya... La de más terrible fama fue la de Sant Elies: se sabía que quien iba allí... jamás volvía.
¿Por qué?
R.-Era el apeadero del matadero: desde allí se les llevaba a la Arrabassada o a los cementerios de Les Corts o Montcada i Reixac para tirotearles. También hubo en esa checa un horno crematorio de cadáveres. Anticipándose a los nazis, algunos milicianos arrancaron dientes de oro a los asesinados...
¿Cuánta gente pasó por las checas?
R.-¡Miles de catalanes! Algunos pasaban semanas encerrados, a otros los torturaban... y enloquecían.    A la mayoría los tenían en espera de ir sacándolos para matarlos de un tiro.
¿Quién gestionaba esas checas?
R.-De julio de 1936 a mayo de 1937, los anarquistas de la CNT-FAI y las patrullas de control (comandadas por Erno Gero, un enviado de Stalin), que recorrían Barcelona quemando iglesias y deteniendo a religiosos, católicos, carlistas, patronos, comerciantes...
¿Acusándolos de qué?
R.-De ser gente de misa,gente de orden...
¿Qué hacía el gobierno de la Generalitat?
R.-Lo presidía Lluís Companys, que no supo frenar aquellos crímenes, por lo que alguna responsabilidad de éstos podemos atribuirle. La pregunta es: ¿en qué grado?
¿Qué respondería usted a esa pregunta?
R.-Que Companys era el presidente de todos los catalanes..., y 8.352 de ellos fueron asesinados en Catalunya de 1936 a 1939, muchos previo paso por checas. ¡Fue el 0,28% de la población catalana! ¿No debería haber hecho algo Companys para protegerlos?
¿Qué debería haber hecho?
R.-No sé, obligar a las patrullas a llevar a los detenidos a la cárcel Modelo, y tutelarlos allí todo el tiempo necesario, evitándoles torturas y preservando de ese modo sus vidas.
¿Qué tipo de torturas se infligía a los detenidos en las checas de Barcelona?
R.-Hierros candentes, picanas eléctricas en genitales, levantamientos de uñas, palizas, ahogamientos con agua, mutilaciones... ¡Y el diseño de las checas era ya una tortura!
¿Por qué?
R.-Porque eran cubículos de 2x1,5 metros de planta y 2 metros de alto, con un camastro de obra con una inclinación del 20%: si te dormías, caías al suelo. ¡Y el suelo estaba erizado de una serie de tochos que obstaculizaban los pies si intentabas caminar...!
Buf, qué crueldad...
R.-Además, las paredes se calafeteaban de alquitrán por fuera y por dentro, con lo que el bochorno era sofocante.Yen una de las paredes se pintaban dameros, espirales, líneas y círculos con el fin de marear al preso...
¿Tan sofisticado era aquello?
R.-Sobre todo desde mayo de 1937 hasta el final de la guerra, en abril de 1939.
¿Por qué? ¿Qué pasó en ese periodo?
R.-Que tomó las riendas de las checas Alfonso Laurencic, refinado estalinista al frente del Servicio de Investigación Militar (SIM), la policía política del gobierno de la República... y las persecuciones se incrementaron.
¿Y qué pasó con los anarquistas?
R.-Los anarquistas y poumistas (trotskistas) habían peleado en la calles de Barcelona contra las milicias comunistas (PSUC) y las milicias de la Generalitat, y perdieron: fueron los Fets de Maig de 1937, que se cobraron 500 muertos. Después de eso, la República envió al SIM a poner a orden en Barcelona.
¿Algún anarquista acabó en las checas?
R.-Sí, algunos izquierdistas fueron torturados y asesinados por no ser de la línea comunista estalinista, o por recelos internos...
¿Se sabe cuántos?
R.-Sí: 139 izquierdistas no estalinistas. Se asesinó a 2.039 religiosos y a 2.163 civiles por no ser de izquierdas, y a 1.199 carlistas y... Bueno, al final, como digo, fueron 8.352 catalanes asesinados..., a los que los historiadores tienen muy injustamente olvidados.
¿Por qué cree que están olvidados?
R.-No ha interesado remover ese pasado... Pero creo que hoy estamos en condiciones de contar ya toda la verdad sin miedo.
¿Acaso alguien tiene miedo?
R.-De entrada, los propios supervivientes: han querido olvidar... Uno, de 90 años, me relataba su historia en tercera persona: ¡"Para que no vengan por mí"! ¡Y han pasado ya 70 años...! Era carpintero, católico, y sobrevivió a tres años de checa en checa y a que, en la retirada republicana, se lo llevasen de rehén hasta Francia... Lo suyo es un milagro.
Cuénteme algún otro caso.
R.-Es horrible el de Eusebio Cortés Puigdengolas: fue descuartizado en la checa de Sant Elies y dado de comer a los cerdos...
Qué espanto...
R.-Su delito: ser católico.Y la familia quedaba desamparada. A algunos los mataban en el mismo comedor de su casa, ante sus hijos... No hubo ni un juicio. A unos novios que sorprendieron casándose, los detuvieron y mataron, a ellos y al cura. ¡Para aquellos revolucionarios, casarse por la Iglesia era un delito que merecía la muerte!

DETENIDOS TORTURADOS Y EJECUTADOS

El caso de La Madre Apolonia Hermana Carmelitas de la Caridad

La persecución religiosa la sorprendió en la Casa Generalicia de Vic, donde estaba preocupada de encontrar refugio para sus religiosas, en particular para las jóvenes novicias y las Hermanas enfermas.

Fue la última en abandonar la casa y se escondió en diversas casas de amigos.

Fue apresada por los milicianos republicanos en septiembre de 1936 y encarcelada en la terrible checa de San Elías (Barcelona). Su terrible muerte se conoce por boca de testigos.

La Madre Apolonia fue aserrada viva y después de descuartizada sus restos fueron echados a los cerdos de la checa.

Era probablemente el día 8 de septiembre de 1936. Tenía 69 años. Su delito.  Ser Católica.

“Actualmente se han encontrado testigos que nos refieren que estando ellos presos en la cárcel de San Elías en el año 1936, era de dominio público que el jefe de la checa, un tal «Jorobado», cebaba en total unos trescientos cerdos con carne humana. Que muchos presos eran echados a dichas piaras y que la General de las Carmelitas de la Caridad, Madre Apolonia Lizárraga, fue una de dichas víctimas que aserraron, descuartizaron (en cuatro partes) y luego en trozos más pequeños fue devorada por dichos animales que en la citada checa engordaban en número de 42”
Religiosas detenidas por Milicianos y conducidas directamente a la checa donde serán terriblemente torturadas para luego ser ejecutadas, su único delito... (segun sus verdugos) ser gente de Misa. 



El testimonio de Juan Canela Grané

El hermano Federico Plumed Feced, vicepresidente Nacional de Hispania Martyr nos ofrece el siguiente relato de un superviviente del fusilamiento que en la pared de entrada al Cementerio de Montcada, tuvo lugar la noche del 3 de diciembre de 1936.

Juan Canela declara:

“Nos condenan a muerte sin juicio esa noche junto con once compañeros, total doce. Nos atan de dos en dos, por las muñecas y los codos y nos trasladan en un autocar de transporte escolar, que yo mismo había tapizado junto a mi padre Francisco, delante de la tapia de la puerta del cementerio de Montcada.

Nos enfocan con los faros del autocar y los del turismo que fue siguiendo detrás del autocar. Nos disparan con ametralladora y con fusiles. 
Van cayendo las víctimas. Mi compañero, con el que estoy atado, es Pedro Ruiz Navarro, director de la Revista “La Monarquía”, que es mucho más alto y robusto que yo. 
Al caer sobre mí, evita que me toque ninguna bala y su cuerpo hace de parapeto. 
La sangre de Pedro mancha todo mi cuerpo. 
Como algunos aún daban quejidos, se ordena que  nos den el tiro de gracia. 
Yo me quedo sordo del oído izquierdo. 
Uno de los milicianos se encariña de mis zapatos y me los arranca. Se los prueba y como le vienen pequeños los tira.
Terminan las lamentaciones y los gritos. 

Se produce un tiempo de silencio, que sigue a la marcha de los ejecutores asesinos.

Después de un rato viene un coche, parece con misión de contar el número de personas fusiladas.

Pasa un tiempo y busco la manera de desatarme de Pedro.

No me es fácil y me queda el brazo ennegrecido durante muchos días.

Busco mis zapatos y me voy a una fuente cerca del cementerio, que llaman la “Pudenda”. Me lavo toda la sangre que me empapa.

Con las fotos que guarda la familia Tort y los detalles de su vestido, puedo testificar que el Dr. Manuel Irurita Almandoz, Obispo de Barcelona, fue asesinado conmigo en el grupo que salió la noche del tres de diciembre desde la Checa de San Elías.

Las palabras que el Obispo Irurita pronuncia esa noche, ante el pelotón de ejecución son: “Os bendigo a todos los que estáis en mi presencia. También bendigo las balas que nos darán la muerte, ya que serán las llaves que nos abrirán las puertas del cielo”.

A sus verdugos les dice: “Me ponéis un vestido blanco sin daros cuenta; yo os perdono y os bendigo; soy vuestro Obispo”. Y cantaron todos juntos el Credo de la misa latina.

Los autores del asesinato dijeron en tono de mofa:
“Mira que son tontos; los matamos porque son de misa y se ponen a cantar misa”.
Miembros de la Generalitat de Cataluña, con su presidente, Lluis Companys, Josep Tarradella, Aurelio Fernández... de mayoría anarquista. La represión en Cataluña será brutal. Las milicias actuarán con una arbitrariedad inconcebible, como atestigua el caso de unos novios que fueron detenidos mientras contraían matrimonio; en el mismo acto fueron asesinados los novios y el sacerdote... El número de sacerdotes y religiosos asesinados en Cataluña, en las primeras semanas de guerra, suman 651; después habrá más. Este de los maristas es uno de los episodios más crueles.




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